El martes pasado hizo aparición, por primera vez este año, la nieve en Los Calpes. Nada que ver con la intensa nevada caída en enero del año pasado y que tanto daño hizo en el bosque y en los suministros. El paisaje se ha cubierto de un fino manto de nieve y en el casco urbano apenas ha cogido.
Dada la bonanza del tiempo hasta ese momento, algunos arboles empezaban a pintar algunas flores en sus ramas. Esta nevada y la bajada de las temperaturas han frenado el proceso que, de haber persistido, podría haber sido fatal para las expectativas de cosecha. Esperemos ahora que el frío perdure y sea suficiente para mantener a los árboles en su letargo invernal y evitar la floración antes de tiempo.
Por otro lado, hay que agradecer que esta situación no haya afectado negativamente a la vida cotidiana de los pocos habitantes del pueblo que aún tienen cercano el recuerdo del impacto sufrido el año pasado.