En los paseos que muchos realizamos durante Semana Santa, pudimos ver los almendros bien cargados de frutos. Las expectativas de la cosecha eran excelentes pero pocos días después de dicha festividad, una helada inesperada arremetió sin compasión sobre la zona.
Las consecuencias las veremos más adelante, seguramente habrá dañado los frutos de manera desigual, según la zona o su propio desarrollo. Muchos de los frutos, aun presentando un buen aspecto externo, se estaban formando internamente en ese momento. El agua interior se heló dañando al fruto que se secará y caerá.
Los técnicos consideran que las afectaciones sobre la cosecha oscilarán entre el 50% en las zonas menos perjudicadas hasta un 90% en las más dañadas. Falta esperar y ver, en los próximos meses el resultado será evidente.